miércoles, 14 de noviembre de 2012

Personas con talento. Querer es poder

Aunque lo ideal es tener los cinco sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) hay personas que, con esfuerzo, han llegado a ser genios a pesar de faltarles uno de estos sentidos.

Stevie Wonder, por ejemplo, es ciego. Pero a pesar de que no puede ver, es capaz de cantar y de tocar el piano de una forma extraordinaria. En este vídeo, además del piano, toca la armónica.


Aquí se puede ver mejor cómo toca el piano. Como es ciego, no puede ver las teclas y leer las partituras.

Esto mismo le ocurre a Nobuyuki Tsujii, un pianista japonés que nació ciego y que muchos de los premios de música más importantes.


Otro genio es Ludwig van Beethoven, un músico alemán que se quedó sordo. No podía escuchar nada, pero eso no impidió que compusiera una música preciosa, como, por ejemplo, "Para Elisa" o el "Oda a la alegría".

A otras personas, en lugar de faltarles un sentido, les falta o no pueden utilizar alguna parte del cuerpo, pero ello no impide que puedan hacer cosas sorprendentes.

Hay, por ejemplo, personas que no pueden andar y que juegan al baloncesto en silla de ruedas, otras que tocan la guitarra con los pies y otras que pintan cuadros con los pies o con la boca porque no pueden utilizar las manos.

El protagonista del siguiente vídeo, Liu Wei, es un niño chino que no tiene brazos, pero que es capaz de escribir, nadar y tocar el piano.


Nadie es menos que nadie, porque querer es poder.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Sea cual sea la diferencia


Niños sordos

Los niños que no pueden oír o que no oyen bien son sordos. Los que pueden oír un poco usan "audífonos", unos aparatos que llevan en los oídos para escuchar mejor.
Los sordos profundos son los que no oyen nada o casi nada. Para comunicarse con los demás, utilizan un lenguaje especial que se llama lengua de signos, una lengua que no necesita sonidos. En la lengua de signos se utilizan especialmente las manos, pero también se mueve la boca para poder entender mejor lo que se está diciendo.
Además del abecedario, con las manos se pueden decir un montón de palabras. Éste es un ejemplo:


Para aprender los números en lengua de signos, pincha aquí.

Lo ideal para los niños sordos es crecer con niños sordos y oyentes y aprender las mismas cosas que ellos, con la ayuda de un intérprete. El intérprete es el que traduce las palabras de un idioma a otro para que tanto sordos como oyentes puedan entenderse. Cuando los sordos y los oyentes están juntos y no tienen problemas para comunicarse y aprender unos de otros hay integración.

El protagonista de este vídeo es un niño sordo que está en un colegio de oyentes, donde no hay integración y no puede entender a su maestra ni a sus compañeros, porque él no puede oírles y ellos no hablan lengua de signos.


Pedro sueña con una escuela donde haya integración. En Madrid hay una escuela donde hay niños sordos y oyentes en la misma clase. En cada clase hay varios maestros: unos hablan en voz alta para los niños que pueden oír y otros hablan en lengua de signos para los que no oyen. Pero todos los niños aprenden la lengua de signos y se comunican entre ellos sin importar si escuchan o no.


Lo mismo que le pasaba a Pedro le ocurre a muchas personas sordas. Si quieres conocer la historia real de un niño sordo, pincha aquí: parte 1, parte 2 y parte 3.

Igual que los niños ciegos tienen libros especiales para poder leer (audiolibros y libros en braille), algunos niños sordos no entienden todas las palabras escritas y necesitan la ayuda de la lengua de signos. Los cuentos narrados en lengua de signos se llaman signolibros.


Otros ejemplos de signolibros son El pastor mentiroso y La ratita presumida.